Os voy a contar mi experiencia con el postparto y en especial con los grupos de postparto.
Al haber sido matrona antes que madre, contaba con una ventaja…conocía la verdad del postparto, esa de la que casi nadie habla abiertamente.
Cuando me quedé embarazada el miedo al parto no era lo mío, yo lo que tenía era auténtico pavor al postparto.
Había visto a muchas, pero muchas mujeres en la consulta realmente destrozadas.Me contaban auténticas calamidades, acerca de dolores con los puntos, problemas con la lactancia materna y lo que más me sorprendía, los problemas con el entorno (pareja, madre, suegra, tía, cuñada, prima, amiga, vecina que nates no hablaba…).
Es decir, yo conocía de primera mano todo aquello que pasa en las casas y que luego no se cuenta fuera, porque “los trapos se lavan en casa”. Si en casa se lavan, pero si vas a una consulta de la matrona y tienes confianza, pues mira como que si lo sueltas todo te quedas mucho mejor. Porque hasta donde yo sé, lavar los trapos entre dos se hace más llevadero.
Y ya si aparte de entre dos, consigues formar un grupo de mamás que están igual que tú, mucho mejor.
Cuando fui a mi matrona en el embarazo, ya me informó del grupo postparto que existía, al cual podías ir en cuanto nacía el bebé. Conocía la importancia de acudir a estos grupos, así que en cuanto nació Diego, fue directa a la revisión de la matrona en el postparto, y a apuntarme a su grupo.
Cuando este grupo terminó fui a otro, del que ya os hablé aquí. Y también acudí a alguna reunión de la liga de la leche.
Si, como os imagináis estaba sola, y quería ir con otras mamás. Por eso, estos grupos fueron tan buenos para mí. Me pasaba el día entero con mi bebé en casa, salíamos los dos a pasear, pero se quedaba dormido enseguida. Conforme se despertaba tenía que parar a darle teta. Y al poquito rato volvíamos a casa.
Así pasaban los días, y yo quería juntarme con otras mamás, para poder compartir todo aquello que me pasaba.
Aparecían las dudas, los agobios, el “no puedo más”; y tener todas las semanas un día en el que poder respirar, me hacía recargar pilas.
Cuando llegaba el día, íbamos sí o sí, lloviese, hiciese un frío que pela…daba igual, porque era un momento en el que compartíamos. Diego estaba con otros bebés, y yo con otras mamás. Además sabía que podía tener monotema de maternidad, porque el resto me iban a entender (algo que con tus amigas sin hijos no siempre es fácil).
A mí, acudir a estas reuniones me supuso una gran ayuda.
¿Qué vas a encontrar en un Grupo postparto?
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Un lugar donde poder compartir experiencias
- Un lugar donde poder expresarte sin problemas
- Un lugar donde poder resolver dudas
- Un lugar de esparcimiento
- Un lugar para sentirte acompañada
La maternidad es maravillosa, pero también puede ser una época especialmente difícil
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