Después de la Navidad, llega la resaca navideña, la cuesta de enero y los kilos de más de tanto exceso en tan poco tiempo.
He comido como si me fueran a meter a mí en el horno para alimentar a toda una familia, y ahora toca pagar las consecuencias.
Está claro que en Enero siempre necesito un tiempo de calma, el cuerpo me pide casita, ver pelis y estar tranquila.
Si hay algo que ha cambiado en las últimas navidades ha sido el hecho de ser madre, y de compartir estas fechas con mi hijo. Vuelvo a verlo todo con los ojos de un niño, la ilusión, la magia y el estar rodeada de la familia.
Estas navidades han sido diferentes porque por primera vez, Diego ya es más consciente de todo lo que ocurre a su alrededor y lo ha disfrutado muchísimo. Él y nosotros.
Navidades con niños
Esta Navidad he vuelto a hacer cosas que hacía años que no hacía.
- Ir a buscar a Papa Noel a través de la ventana, y verle ir por el cielo con su trineo y sus renos ( si de pequeña yo lo veía, y lo que más me ha sorprendido es que ahora él también lo ha visto).
- Me he vuelto a montar en los trenecitos del cortylandia ( por favor, pido para el año que viene un asiento para las madres/padres un pelín más grande porque me costó horrores meterme, y mucho más salir…)
- Una tradición de mi familia es ir el día 25 de Diciembre al cine, pero hacía muchos, pero que muchos años que no íbamos a ver una peli de dibujos, y este año, por supuesto hemos ido todos y hemos visto la última de Disney. Lo mejor es que aguantamos todos toda la peli, y la pudimos ver terminar.
- Hemos pasado mucho, pero que mucho tiempo con los abuelos, los tíos y los primitos. Unas navidades muuuy familiares.
- Y por supuesto, he vuelto a pedir a gritos que me lancen caramelos en la cabalgata de los Reyes Magos, he escrito una carta y me he ido a dormir prontito, con los ojos cerrados muy, muy fuertes para que no pasen de largo.
Resaca navideña con niños
¿Y ahora qué? Toca volver a la rutina, nos queda sólo un día de vacaciones, y en ese día pretendo que volvamos a coger rutinas. ¿Una locura? Pues sí, una auténtica locura. Calculo que como mínimo una semana nos costará volver a coger el ritmo de guarde, siestas, horas de comida, dormirse pronto…
Ahora hay en casa como dos millones de juguetes nuevos (nos hemos quedado muy lejos del objetivo de los 4 regalos). La novedad lleva implícita el querer jugar con todo a todas horas del día, poco a poco también iremos encontrando el equilibrio.
Yo antes me planteaba en Enero lo que todo el mundo, apuntarme al gimnasio, hacer dieta, apuntarme a algún curso de algo ( debo reconocer que tengo auténtica cursitis y titulitis, me apunto a todo). Pero ahora todo ha cambiado. De gimnasio me olvido totalmente, hasta que no hagan un gimnasio donde puedas ir con tu hijo, todo el deporte que puedo hacer es en casa con él (totalmente imposible). Y lo mismo me pasa con los cursos. La dieta es más sencillo, pero al final termino comiéndome lo mío y lo que no quiere él, así que me va a costar quitarme esos kilitos de encima.
Lo mejor es que, antes Enero me parecía un mes gris, un mes triste. En el que parecía que tenías que recomponerte de la Navidad, y esperar a moverte en Febrero. Pero ahora, eso ya no me ocurre. Me sigo moviendo igual o más que cualquier mes. Mi ritmo de actividad es frenético (igual que siempre e igual que el de cualquier madre). Y al estar con tanto movimiento tengo muchas ganas y muchas energía de continuar haciendo lo que hago. No me hacen falta nuevos propósitos. No me hace falta apuntarme a nada. Tengo motivación suficiente para continuar siendo mamá a full time y no rendirme en el intento.
Cuando se es madre no hay diferencia entre meses, ni de vacaciones. Y como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Para mí es una auténtica ventaja, porque no permito que la pereza acampe en mi casa.
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